Rima XXV

Cuando en la noche te envuelven las alas de tul del sueño y tus tendidas pestañas semejan arcos de ébano, por escuchar los latidos de tu corazón inquieto y reclinar tu dormida cabeza sobre mi pecho diera, alma mía, cuanto poseo: ¡la luz, el aire y el pensamiento! Cuando se clavan tus ojos en unContinue reading “Rima XXV”

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